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EL CUENTO DE ESTE CARACOL.
¿QUÉ LE PASARÁ?
EL CARACOL TRISTE
Érase
una vez un pequeño caracol que vivía en un huerto. Siempre estaba muy
triste porque los demás caracoles tenían hermosas casas y la de él era
vieja y aburrida.
Cada mañana los caracoles felices se paseaban
por el huerto con sus hermosas casitas y él se queda en un rincón muy
triste, mirando como los caracoles felices triunfaban enseñando sus
hermosas casas.
El caracolito se sentía muy desolado y se escondió
tras una lechuga, allí pensaba en cómo podría conseguir una casita
similar a la de sus compañeros.
De repente, el caracol triste vio
pasar a otro caracol con una velocidad impresionante. Se quedó mirándolo
un rato, era fantástico correr tanto, pensaba el triste caracol. Yo con
una casa vieja y tan lento, no impresiono a nadie.
El caracol,
aún más triste, fue a esconderse tras una fresa. Decidió que nunca más
saldría. Cuando más triste estaba nuestro pequeño amigo, un caracol más
viejo y sabio pasó delante de él, iba preparado como para irse de viaje.
El caracol triste se quedó muy sorprendido, era el primer caracol que
salía del huerto. El caracol viejo se dio cuenta de su tristeza y se
acercó a él, proponiéndole irse de viaje los dos juntos. Nuestro pequeño
amigo, al oír esas palabras sonrió tanto que su alegría fue la envidia
de todos los caracoles. Corrió para preparar sus maletas y su velocidad
también fue la envidia de todos, y en menos de un segundo el caracol,
ahora alegre, estaba allí preparado para irse de aventura. Todos le
envidiaban.
Así salió el caracol de aquel huerto, alegre y bien
reconocido por los demás. Esto sirvió para que aprendiera que la envidia
es mala y que cada uno tiene lo que tiene porque se lo ha ganado.
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